jueves, 20 de abril de 2017

De Criada a Diosa II



Desde aquel emblemático día, donde mi atrevimiento había derribado sus defensas…  me sentí una Dama irresistible para aquel hombre, una Mujer fatal capaz de manipular su mente y modular su conducta a mi antojo… él quería ser mi devoto sumiso, ¿sabría ser su Diosa?…  
Poco a poco establecimos costumbres que mi jefe quería convertir en rutinas y a mí, aunque sus iniciativas me hacían gracia, me convenían para mantener la relación laboral y el salario necesario para sobrevivir. Decidí aprovecharme de las ocurrencias de aquel macho, para conquistarle, someterle y ponerle un yugo del que no pudiera liberarse…
Siempre se dirigía a mí con respeto… evoluciono del Ud., Señora, Dama al Ama, Domina y Mistress. En contraste conmigo, que pase del Jefe, Señor de la entrevista inicial al tu, sumí, bobo, machito, limpiabotas, chucho…
El ultimo lunes del primer mes de trabajo, llegue con mi jersey de angora blanco, los leggins azul metálico, guantes y botines a juego… me sentía atractiva con mi melena recogida en una cola de caballo. Abrí y como siempre el amo de la casa acudió presto desde la cocina a ponerse de rodillas, a rendirme pleitesía desnudo, como le había sugerido vestir ante mí y que sorprendentemente cumplio a rajatabla desde el mismo instante. En su boca estaba la nota habitual de su mujer y un sobre…
Me quite los guantes mientras le observaba, abducido por mi imponente imagen, agarre los papeles que sujetaba entre sus dientes, inmediatamente el señor de la casa me limpio los botines con su lengua, pase de  la nota de la señora que sería similar a las otras (sobre las tareas domesticas que la inocente pensaba hacia yo), abrí el sobre y conté los €uros…
Había más de lo que esperaba, estaba agradablemente sorprendida, al intentar recordar el pacto de la entrevista, levante el pie para caminar y sin darme cuenta de la presencia, de mi jefe-limpiabotas a mis pies, golpee su cabeza.
Le vi tocarse la comisura de los labios y el pómulo del rostro.., cuando estaba a punto de emitir mi reacción educada: pedirle perdón, me miro desde abajo y sin dejar de frotarse la piel, se anticipó a mi “lo siento, perdón mi Ama”…
Sonreí y su cara paso del rictus de dolor al agradecimiento, entonces me encamine con el firme repiqueteo de mis tacones, a mi cómodo sillón. El limpiabotas se transformo en chucho y recuperado del golpe, me seguía a 4 patas. Espere a que se incorporara para retirarme el sillón y poder sentarme, cruce mis piernas capturando su admiración, le mire, me miro y me sirvió el café con un delantal que ocultaba sus genitales, impidiendo que su miembro pudiera tocarme.
Se coloco de pie a mi vera, esperando mis ordenes, me enfunde el guante derecho para tocar su miembro sin mancharme…
Criada:  ¿Porque 200 € mas?
Jefe:      Por ser mi Ama
Criada:  ¿y ese es el valor que tengo para ti?... ¿te parece suficiente?
Jefe:      He trabajado para ti, te pago por hacerlo… es mi "prima" por su presencia…
Le apreté los testículos hasta hacerle retorcerse…,  cayó de rodillas y entonces le cruce la cara, con mi mano enguantada.
C: Olvidas el respeto que me debes… Soy tu Ama, te concedo el placer de hacer mis tareas manuales, que estas deseando hacer. Me ocupo de enseñarte y para que…
J:  Perdón, Ama por tratarla con tanta familiaridad… como siempre es la dueña de la verdad, pero también es cierto lo que digo…
C: Para que fuera cierto, deberías hacer las labores domesticas en mi casa...
J:  Tiene razón, Ama… seria un privilegio que me permitiera hacerlas…
C: Jajaja… ¿y cuanto pagarías? si te contratara
J:  El doble de lo que cobra por hora aquí…
C: Esta tarde empiezas… de 4 a 8 h lunes, martes, miércoles y jueves…
J:  ¿y el viernes?
C: El viernes salgo… y muchos de esos días también… a veces te dejare solo en mi hogar… ¿supongo que sabrás corresponder a esa confianza?...
J: Gracias, por esa confianza…, espero no defraudarla, Ama
C: Soy muy exigente… ¿podrás hacerlo? y ¿sin correrte de gusto por servirme?
J: Lo intentare
C: Está prohibido masturbarse en mi apartamento… ¿lo tienes claro?.
J: Si, Ama.
C: Ahora, ponte a lo tuyo… que voy a desayunar.
Le vi feliz, yo también lo era, viéndolo humillado a mis pies, me descalzo para limpiar mis botines, esta vez cubriría con betún la saliva del devoto recibimiento de la mañana.
Me beso con delicadeza cada uno de mis  pies, le había prohibido que su saliva pudiera mojar mis medias, aprovecho para embriagarse con el olor natural de mis pies, se quito el mandil que cubría sus genitales, se acomodó desnudo con los bártulos de zapatero a su alrededor, sumergió la nariz dentro de mis botines, esnifo mi olor concentrado en el interior y su poya como siempre ascendió…
Nunca pensé que un trabajo de criada pudiera aportarme tantos beneficios. Llegaba a las 10, estime en la segunda semana que necesitaba una hora para arreglarme y arrebatar la voluntad a mi jefe-sumí, era menos estresante que las 9 am, inicialmente pactada y me marchaba cuando me daba la gana, pero no quería dejar de ir para evitar el riesgo de que la esposa apareciera.
Durante las mañanas de trabajo virtual, probaba con algunas de las practicas FemDom que había ido descubriendo en la red o en los libros que me habia enseñado mi jefe, aproveche el ritual del desayuno para profundizar la dependencia del macho-sumiso, conocido su fetichismo del pie, lo explotaba como limpiabotas…
Desayunaba con la tv encendida, pero me encantaba ver como se esmeraba en dejar inmaculado el interior de mi calzado, como limpiaba las suelas de cualquier impureza adherida, como extendía el betún con sus manos sin dejar ningún rincón y arruga sin recorrer.
Solo miraba la tele, intentando disimular, cuando terminaba de extender el betún y preguntaba “Ama, ¿necesita algo?”. Se levantaba para lavarse las manos, a continuación se sentaba nuevamente en el suelo, cogía una gamuza para distribuir uniformemente el betún y luego el cepillo para abrillantarlos hasta lucir como nuevos…
Aquel dia parecia motivado, frotaba con alegria y a mi la idea de tener criado para mi, me estaba poniendo cachonda... Quería ponerle a prueba una vez mas y merecia un premio por lo rapido que me habia respondido, me había sorprendido.
J: Ama, he terminado, ¿Puedo calzarla?
Me enseñaba los botines, orgulloso de su trabajo y buscando mi aprobación.
C: Necesito un masaje… que ayer salí con los tacones de cazadora…
Deposito el calzado erecto y alineado en el suelo, me quito las medias. Se extendió, previsor una crema entre sus manos…
J: ¿Alguna pieza se puso a tiro?...
Tomo mi pie suspendido, sus manos lo recorrieron exhaustivamente, la crema impregno cada poro de mis plantas, del empeine que tanto le gustaba besar, de los deditos juguetones…
C: Algún machito me entro…, cada vez me gusta más como lo haces.
Poco a poco había aprendido a relajarme, unas veces a causa de su charla, otras por la dedicación y el interés que ponía…
J: Llevo años aprendiendo, pero solo Ud. me ha permitido poner en practica mis conocimientos.
Sus nudillos se aferraban a cada una de mis durezas y al talón, sus dedos masajeaban lentamente cada agarrotamiento, dibujaban círculos o zigzags en mi piel, deslizaba su mano sensual por la planta, por el puente, por el borde externo y por el empeine, transmitía su agradecimiento por poder poner en práctica sus conocimientos y yo cada vez era más dependiente de su tratamiento…
C: Todos los días que esté en casa, te permitiré darme un masaje…
Un gesto bobalicón apareció en su cara, su boca abierta me provoco y aproveche para introducir mi pie por el “agujero”.  Me sentía irresistible al ver como mi agresión era correspondida con su entrega, se esforzaba por abrir la boca al máximo…
C: ¡Abre bien!… para que pueda introducirte todos mis deliciosos deditos
Me sentía tan poderosa al penetrarle con mi pie desnudo, sus dientes se retiraban sometidos, su lengua fomentaba acogedora que mi invasión profundizara y su boca engordaba enguantando mi agresivo pie…
C: ¿Contento?...  bobo
Sus ojos me miraron subyugados, sus manos sostenían mi pierna, soportaban el peso…
C: ¡Mastúrbate!...
Deje mi pie dentro  de aquella enorme y dilatada boca, Coloque mis manos en el muslo para mantener mi pierna estable y darle la oportunidad de liberar sus manos.
C: ¡Vamos!, machito a que esperas
El dejo su mano izquierda como apoyo de mi talón, deseaba mantener aquella postura incomoda y descendió su mano derecha hacia su erecta poya.
C: Jajaja…  puton berbenero…cuanto te gusta tener mi pie bien dentro de ti.
Su movimiento rítmico, desequilibro mi pierna, pero su mano izquierda seguía manteniendo mi pie desnudo adentro…
Como suponía, apenas tocarse, empezó a convulsionar y se corrió… mi pie salió de su estuche..
Estaba vencido, su esperma desperdigado por el suelo, una pizca había alcanzado mi otro pie… No lo podía consentir y pase de permitirle refocilarse en el placer…
C: ¿A qué esperas?... ¡Límpiame ya!
Cogió un trapo entre sus bártulos de limpiabotas…
C: Ni se te ocurra, usar eso... ¡Con la lengua!
Se puso a 4 patas, agacho su cabeza y lamio sus desperdicios…
C: Tráete un barreño, para lavar y limpiar mis pies de tus fluidos.
Trajo agua tibia, gel y una toalla, sus manos impregnadas de gel se deslizaban por las curvas de mis pies y la erótica del poder se fue poco a poco apoderando de mi libido… Me sentía tan bien con un macho atendiendome, un confort inenarrable me envolvía, mis bragas comenzaron a humedecerse y el lava-pies persistía en su masaje sensual, deslizándose una y otra vez por la misma zona, pasando sus dedos delicadamente entre mis deditos, mientras su mano sostenía mi pie por el puente sus besos comenzaron a secar mi empeine, sus labios siguieron besando, besaban cada poro de mi piel y sentí como alcanzaba el nirvana… su lengua paso entre mis deditos y fue como si me desbordara, pense bajarme los leggins pero no tenía ganas de salir de mi trance… y el seguía besando con delicadeza extrema mis pies, intentando transmitirme su pasión. Me sentía una Diosa terrenal y el me parecía el devoto esclavo que yo me merecía...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por el comentario