Al comienzo de la crisis me quede sin trabajo, había estado
durante mas de 11 años trabajando de secretaria de un constructor, al estallar
la burbuja inmobiliaria, mi jefe me echo, justo cuando me estaba separando… me
quede con el apartamento y con el finiquito cancele la hipoteca que restaba… Intente
volver a trabajar de secretaria, de administrativo pero no encontraba nada con
la escusa de la crisis, aguante sin curro mientras cobraba el paro y cuando más
desesperada estaba un encuentro fortuito con una amiga del barrio, me ofreció
un empleo que dejaba ella de asistente domestico por horas en una casa.
Tuve suerte en la entrevista, la casa tenía 3 habitaciones,
me pagarían 4 horas/día lunes, miércoles y viernes, por la mañana, acepte a
pesar de que el marido estaba en casa, parece ser que se acaba de prejubilar en
un banco a la edad de 50 años… se parecía a mi antiguo jefe y parecía muy amable.
Iba a trabajar con mi antigua ropa, era consciente que el
vestuario de una secretaria no encajaba con el de criada, pero no estaba
dispuesta a realizar un desembolso adicional por un trabajo provisional que esperaba
durara poco…
Llevaba 2 horas planchando, el primer día cuando el señor se
levanto y me ofreció desayunar con él, me pregunto si prefería tostadas o
galletas, se negó a que yo le sirviera y mientras yo seguía planchando el me
hizo una tostada, preparo el café y puso la mesa…
Cuando todo estuvo dispuesto, me llamo, permaneció de pie
hasta que aparecí y me ofreció una silla para sentarme, ¡que educado!, pensé,
dándole las gracias con mi sonrisa mas sincera, mientras el se sentaba a mi lado
en una banqueta de cocina. Hablamos de mi pasado y del suyo, estaba harto de
responsabilidades, había sido un alto ejecutivo y cuando perdió el favor de la
dirección decidió marcharse… le había quedado una buena paga por no hacer nada,
que le permitía vivir, disponer del tiempo a su antojo y no agobiarse con el
futuro.
Habíamos congeniado sin duda y cuando quise levantarme para
seguir con mis tareas había pasado mas de una hora… no me iba a dar tiempo para
planchar el montón de ropa que me quedaba, el fantasma de un nuevo despido me
invadió, pero aquel hombre, mi nuevo jefe supo tranquilizarme…”no te preocupes,
era mas importante conocernos, crear un buen ambiente de trabajo a que termines
tus tareas el primer día, tendrás tiempo para demostrar tu destreza en el
futuro… vete ya… te doy permiso”.
Salió a despedirme a la puerta y según caminaba por la calle
le vi en la ventana observando cómo me alejaba, le salude agradecida. Me
encantaba aquel hombre, me hacia volver a sentirme seductora, tal como lo había sido con su ex marido y su exjefe,
no había sabido utilizar su admiración para mantener ni su matrimonio ni su
trabajo… y el resultado de ese pasado era vivir en soledad y de criada. Debería haber sido más egoísta, buscar su placer, no el de su ex y si se hubiera aprovechado
de las insinuaciones de su exjefe o de las propuestas de los embobados clientes, al menos tendría un pasado
divertido y quizás un trabajo mejor…
El segundo día, me estaba esperando, con la mesa dispuesta y
unos churros recién comprados. Me sentía alagada, me senté con su ayuda en la
silla, me alargo un papel en el que su mujer me daba las gracias por el trabajo
del primer día y me ponía las nuevas tareas.
-
¡Ya!... yo lo termine… y si se lo hubiera dicho podría
haberse mosqueado…
-
…y eso?
-
Mi mujer y yo tenemos diferentes puntos de vista
sobre muchas cosas pero coincidimos en que eres una dama espectacular…
-
… y
-
Si le cuento que estuvimos hablando y que yo
hice tus tareas, me acusaría de estar coqueteando contigo.
- ¿tendría razón?
-
… posiblemente… por eso se lo oculte.
-
y hoy?, ¿que pretende?... hablar conmigo y después
limpiara Ud. el polvo y fregara los suelos?.
-
No me llames de Ud. por favor… me haces mu
mayor.
-
Que te crees que no he notado como me miras…
pero no estoy dispuesta a perder este trabajo por el calentón de un “viejo
verde”
-
Tal y como vienes vestida parecería que eres tu
la que pretende seducirme… o ¿vas a limpiar el polvo con esa minifalda de
locura o fregar con esos tacones de aguja?
-
Esperaba que me facilitaríais una bata para
trabajar…
-
¡Anda!, desayuna… que se enfrían los churros que
te he traído.
-
¿Solo para mi?
-
He traído 5, ¿son suficientes?... si te sobra
alguno…
-
Seguro
-
Perdona lo que te he dicho… me encanta como
vistes… eres una mujer tan atractiva que no te imagino limpiando…
-
y ¿cómo me imaginas?
-
pues… pues… nose…
Mientras
mojaba el churro lo miraba a los ojos, cuando lo masticaba miraba sin pestañear
mi boca, cuando volvía a sumergir el churro en el café le demandaba una
respuesta que el emitía a veces solicito y otras inseguro…, sentía
que podía manipularlo, sin apenas proponemerlo, me daba una auto-confianza que creia perdida.
-
¿No sabes?... o no te atreves a decirlo
-
Es que… si te dijera que te veo como una Diosa…
no sé si me entenderías…
-
Difícil… en el mundo real no hay Dioses… y no me
fio del universo onírico de un macho
-
Hay también una realidad virtual en donde se
habla de Diosas… ¿lo conoces?
-
No… de que estas hablando?.
Mi
jefe se levanto, me tendió la mano para ayudarme a levantarme, me sentó delante
de un portátil, busco una página de Dominación Femenina (FemDom) y me dijo que
allí encontraría Diosas… Me sorprendió aquello y me sumergí en aquella web,
descubrí un mundo increíble en donde los hombres eran devotos de las Damas…
-
¡Amalia!... te tienes que ir…
-
¡Queeee!... y ¡no he hecho nada!
-
No te preocupes, lo he hecho yo por ti, te
espero el viernes… ¡vale!
Me
ayudo a levantarme, me acompaño a la puerta y pese a intuir que me observaba
desde la ventana mientras me alejaba caminando, solo pensaba en llegar a casa,
conocer mas del FemDom, descubrir si había hombres que renunciaban
al machismo en el que habían sido educados y se sometían realmente a una Mujer o
se trataba de pervertidos, como sospechaba.
El
tercer día al abrir la puerta me saludo expectante, mantuve su mirada, altiva y
el agacho la cabeza ¿avergonzado?, se aparto para dejarme pasar y vi la mesa
del salón preparada con el desayuno, un zumo de naranja y un croissant tostado,
me senté atrevida en el sillón que presidia la mesa, el me alargo un papel en
el que su mujer me pedía que limpiara baños y cocina, mientras leía el mensaje,
mi jefe había ido a por el café recién hecho y me lo servía…
-
¿Leche templada?
-
Si… ya lo sabes…
-
¿Qué te pareció la web?
-
Sorprendente… se me paso el tiempo sin darme ni
cuenta…
-
Ya lo vi… cuando te marchaste… parecías
impactada… la Diosa zombi… jajaja
- Siempre creí que tanto sádicos como masoquistas
estaban locos de atar, pero he descubierto que la dominación femenina no es una
relación entre desequilibrados, que se puede pegar para corregir, con la
intención de educar, no de dañar… siempre he pensado que la mujer sabe
gestionar mejor el poder, sin la violencia que usan los machos, sin dejarse
llevar por las emociones descontroladas… me seduce conocer un hombre sumiso con
el que poner en practica una relación tan diferente a las que he experimentado
hasta ahora…
-
Yo soy un “sumí”… pero no soy masoquista… no
busco sufrir, sino la felicidad
-
y ¿tu mujer?.
- Seguimos juntos, por inercia… ella es una
defensora de los valores tradicionales, nunca ha querido conocer este universo,
es una católica practicante y vestir como tu lo haces le parece indecente…, trabaja
como técnica informática y nunca se ha preocupado por dar una imagen…, no concibe que un hombre pueda hacer las labores domesticas y por
temor a que yo pudiera hacerlas correctamente se apresuro a contratarte, cuando
tu amiga se marcho…
Mientras
comía aquel apetitoso desayuno, el se esforzaba por justificarse ante su
asistenta, ¿que pretendía?…, le escuchaba y mi imaginación volaba interesada, un
jefe trabajando para su asistenta, ¿era posible?…, le miraba para valorar la
honestidad de sus palabras y le veía desnudándome su alma, ¿era solo, un sumiso?
o un hábil macho ¿que buscaba sexo?…
-
Entonces, ¿hoy?… ¿que haremos?…
-
Lo que Ud. quiera…
-
Me encanta…jajaja… que me trates de Ud.
-
Si le gusta… para mi será un placer darle gusto.
-
…¿y a ti? que te gusta
-
Saa…tisfaa…ceerlaa
Su
tartamudez me sedujo, su mirada suplicante encendió mi atrevimiento, mi pie alcanzo su poya, su rostro se sorprendio al notar la suela de mi calzado sobre sus genitales, no se atrevia a respirar... note como su miembro crecia y se endurecia casi de forma instantanea.
-
Ja,ja,ja…
¿sabes que vas a ser mío?
Se desabrocho el pantalón, se lo bajo y entonces le clave el tacón en los huevos, sus manos sostuvieron mi pierna dandome mayor comodidad, se notaba que el placer sumergia su atención.
-
Desde que la conocí, aspiro a ser su esclavo.
Se
arrimo más, apoyando su culo en el borde de la silla, colocando su pene bajo la suela de mi zapato… y entonces se corrió, se derrumbo ansioso, como si hubiera estado esperandolo...
- Vas a despejar la mesa, me vas a traer las cosas
sobre FemDom que tengas guardadas y mientras las veo, limpias el suelo de tus
fluidos y haces las tareas domesticas que me ha puesto tu mujer.
-
Ok...
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